Los recuaínos se defendieron con bravura, en el fragor de la lucha, dos guerreros, uno huaracino y otro recuaíno, se trenzaron en singular combate, el recuaíno tenía la campana y la defendía con fiereza, en el colmo del furor los dos rodaron a un precipicio y en el vertiginoso trayecto, la campana se le escapó al guerrero y cayó en una pampa donde se hundió.
Al sepultarse formó un enorme hoyo de cuya profundidad brotó agua dando origen a la laguna de Querococha. A las 12 de la noche ésta campana repica fúnebremente, doliéndose por la muerte de los guerreros.
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